El bloqueo emocional en niños

En este artículo vamos a hablar de cómo se da el bloqueo emocional en niños, qué es, cómo afecta y cómo puede ayudar la terapia psicológica a estos menores que están pasando un momento difícil. Para poder saber más, ponte en las siguientes situaciones: ¿alguna vez has sentido que tu cabeza y tu corazón toman caminos diferentes? ¿qué sabes que deberías hacer las cosas de una determinada manera pero al final, por culpa, vergüenza, miedo, tristeza, etc… no lo haces o haces justo lo contrario? ¿Te has sentido tan invadido por una emoción (rabia, dolor, rencor…) que has explotado?

Seguro que puedes sentirte identificado con alguna situación parecida. Ahora imagina que en lugar de ser un adulto eres un niño y, por lo tanto, tu nivel de autoconocimiento, control y experiencia es mucho más limitado. Añade a lo anteriormente dicho que además dependes de tus adultos de referencia, generalmente los padres, para tu supervivencia porque eres un niño y no puedes mantenerte sólo. Es decir, que tengo que tener cuidado de mantener un vínculo positivo con esos cuidadores para no quedarme indefenso frente al mundo.

Muchas veces los problemas de aprendizaje, las dificultades de relación con compañeros o profesores, conductas disruptivas, falta de atención, de concentración o “estar ausente” en clase, etc… tienen como origen un bloqueo emocional.

Solemos tener la infancia idealizada, una época feliz y sin problemas pero la realidad es muy distinta. De la misma forma que hay un crecimiento físico e intelectual, también hay un crecimiento psicológico que tiene sus dificultades y retos. Entre estos retos, el lograr una inteligencia emocional lo suficientemente buena es prioritario para el bienestar humano. Entendemos como inteligencia emocional la habilidad de reconocer en nosotros mismos y en otros emociones, nombrarlas, poder gestionarlas y expresarlas de forma asertiva para la mejora de la comunción con uno mismo y con el mundo. Es decir, gestinar mi estado emocional y mostrar interés por el estado emocional de aquellos que me rodean.

Esta no es tarea sencilla, para poder aprender a gestionar mis emociones necesito de unos referentes adultos que a su vez sepan gestionar las suyas. Y a veces el conflicto aparece porque como padres, deseamos que nuestros hijos sean felices y a veces nos angustiamos tanto ante la perspectiva de que lo pasen mal que el niño al notarlo, reprime la expresion de toda emoción negativa para no preocuparnos.

Los niños no son conscientes de esto, de que no están contando lo que les pasa o lo que sienten a sus padres para protegerles, simplemente lo hacen. Por eso cuando los padres en consulta nos dicen “nosotros le pedimos que nos cuente todo” “hablamos mucho entre nosotros” “que si tiene algún problema nos lo puede decir” sabemos que es verdad, que son padres preocupados que invitan a la comunicación, pero como profesionales también sabemos que el niño se guía más por el lenguaje no verbal que el verbal. Si el niño ve que al estar triste o contar un suceso doloroso los padres al escucharle se ponen tensos, preocupados, nerviosos… como el niño no quiere hacer sentir mal a sus padres no va a decir nada. ¿Cuántos de nosotros siendo adultos evitamos a veces contar las cosas a nuestra familia, amigos, pareja… por no “preocuparles”? ¿cómo no va a hacerlo un niño que vive día a día con sus padres y por lo tanto nota con mucha más facilidad sus emociones?

Muchos padres sienten que fallan al tener que recurrir a un psicólogo que pueda ayudar a su hijo, pero es que el psicólogo no ocupa el mismo lugar que la familia. El niño puede hablar en el espacio de la consulta porque sabe que el psicólogo va a escuchar, le va a ayudar y se va a preocupar pero no siente que esté haciendo daño o generando malestar a un ser muy querido. Pero muchas de las cosas que me pasan si se las cuento a papá y mamá quizás les asuste, les genere culpa, discusiones entre ellos, les ponga tristes… por el bien de la unidad familiar no digo nada.

Como hemos dicho anteriormente, los niños no eligen hacer este moviemiento, simplemente lo hacen. También la escucha del psicólogo es diferente. Los niños no sólo nos cuentan lo que saben que les preocupa (como cuando nos cuentan que se han peleado con un compañero de colegio), también escuchamos preocupaciones y problemas que ni siquiera los niños registran de forma consciente a través de sus relatos, de sus juegos, de sus dibujos… Así podemos llegar a hacer un trabajo emocional más completo, procurando al niño alivio y nuevas herramientas a la hora de enfrentarse al mundo.

Así, hemos podido ayudar a un niño de 7 años a poder estar presente en clase y relacionarse con sus compañeros, un niño que profesores describían como “en otro mundo”. El pequeño estaba pasando una situación muy difícil porque era un niño muy bueno, tan bueno que su única manera de protegerse de los demás era aislándose porque no sabía como decir “no” ya que temía hacerles sentir mal. Otra menor a la que ayudamos de 9 años era un terremoto con un diagnóstico de TDAH por parte del neurólogo, trabajando con ella sus emociones y cómo estás se reflejaban en el cuerpo nuestra paciente entendió que el no estarse quieta era causado porque no sabía qué hacer con lo sentía.

¿Tienes dificultades con alguno de tus hijos? ¿conoces a algún niño que pueda encontrarse en una situación parecida? Te recordamos que tenemos nuestra consulta en Villaviciosa de Odón, Avd. Principe de Asturias, 129, CC. Villacenter local a 32. Puedes contactarnos en el 634 648 398 / 611 400 393 o en contacto@psicodinamicas.com