Vacaciones en pareja ¿divorcio a la vuelta?

Aquí tenemos el verano, una época deseada por casi todos por ser la elegida para disfrutar de unos días de descanso. Sin embargo, a veces aquello tan deseado no siempre se corresponde con la realidad. Las vacaciones, ese tiempo que se supone de paz y tranquilidad, se convierten a menudo en una fuente de conflicto para las parejas. No es casualidad que sea precisamente septiembre el mes que tradicionalmente presenta un mayor índice de solicitudes de divorcio.  ¿Por qué las vacaciones pueden afectar tan negativamente a la pareja? ¿qué es lo que sale mal?

Muchos son los factores que pueden influir para provocar el conflicto  y es cierto que no todos tienen que ver con la pareja en sí. Por ejemplo, ocurre a menudo que al contratar los packs vacacionales lo encontrado no tiene nada que ver con lo contratado. Hay que ser realistas con las expectativas y tener en cuenta que si uno se va a levante en agosto, difícilmente podrá encontrar paz y tranquilidad en una playa masificada. Tener unas expectativas ajustadas es el primer paso para no llevarse decepciones en las vacaciones, decepciones que provocaran malestar y peleas en la pareja.

Pero al margen de lugares y circunstancias, hay que tener en cuenta que las vacaciones son un momento que pone a prueba a la pareja en sí por el simple hecho de que se pasa más tiempo juntos. Si durante el año la pareja se enfrenta a diversos retos, muchas de estas pruebas se realizan de forma individual. Por ejemplo, en el trabajo fuera de casa o en el momento en el que uno se queda al cuidado de los niños mientras el otro no está. Las decisiones generalmente se toman de forma unilateral, aunque estas se encuentren dentro de un marco común. Pero en las vacaciones cada decisión se toma de forma conjunta, aunque esta decisión radique en resolver si se come en un chiringuito o se lleva el bocadillo a la playa.

Es frecuente que cualquier decisión aparentemente banal sea el origen de una pelea. Para evitar que en septiembre se tenga que recurrir a los abogados, aquí van algunos consejos que esperemos, ayuden a tener unas vacaciones satisfactorias para toda la familia:

–          Planificar con tiempo las vacaciones. Puede parecer un consejo obvio, pero planificar con tiempo las vacaciones suele ser una garantía para ahorrarse futuros disgustos. Decidir con tiempo el destino, el alojamiento, qué actividades o visitas se van a realizar durante las mismas, y tenerlo todo bien atado evita el estrés de buscar a última hora y permite que la pareja pueda ponerse de acuerdo con anticipación.

–          Hablad y poneros de acuerdo sobre lo que esperáis de las vacaciones. Cada miembro de la pareja se habrá hecho en su cabeza una idea de las vacaciones y quizás estas no tienen nada que ver la una con la otra. Uno puede estar deseando conocer una zona, ir de visita a muchos sitios y realizar diferentes actividades mientras que el otro sólo quiere relajarse y descansar. Hablad de lo que queréis hacer durante las vacaciones, intentad llegar a acuerdos y ser honestos el uno con el otro y sobre todo, con vosotros mismos. Hacer concesiones con las que luego no os sintáis cómodos sólo provocará enfado y que estéis más predispuestos a la pelea. Sed consecuentes con lo que planifiquéis y si hay cambios que estos sean de mutuo acuerdo. Recordad que en el momento en el que uno de los miembros no cumpla su palabra el otro se sentirá autorizado a hacer lo mismo.

–          Tened en cuenta las capacidades de vuestros hijos. Forzar a los niños más allá de sus posibilidades es la manera más rápida y efectiva de que las vacaciones se arruinen. A tener en cuenta que los niños pequeños no están preparados para actividades físicas intensas ni para mantener altos periodos de concentración, necesitan descanso y un lugar para poder jugar puesto que también son sus vacaciones. Por ejemplo, si tenéis hijos pequeños, un viaje cultural visitando museos y monumentos quizás no sea lo más adecuado, ya que no tienen la capacidad para aguantar varias horas caminando ni tienen la capacidad para entender lo que están visitando. Si deseáis hacer un viaje de estas características es mejor que se queden con algún familiar o apuntarlos a un campamento para que vosotros podáis disfrutar de una escapada juntos. En otro caso, mejor buscar un destino dónde los niños puedan tener actividades y entretenimiento adecuados a su edad, e incluso servicio de guardería que os permita descansar durante unas horas como se ofrecen en muchos hoteles y campings.

–          Repartir las tareas y labores domésticas de forma equitativa. En relación con lo anterior, es cierto que en muchas ocasiones la economía no da para irse a un hotel todo incluido para evitar preocuparse por la rutina doméstica. En un camping o en un apartamento alquilado uno tiene que seguir haciéndose cargo del orden, la limpieza, las comidas… Tradicionalmente las amas de casa nunca han tenido vacaciones, pasaban de llevar la organización de su residencia habitual a hacer las mismas labores en el sitio de vacaciones, con lo que no tenían descanso. Ahora, en la mayoría de las parejas ambos miembros trabajan fuera de casa, pero incluso si uno de los dos no lo hace eso no significa que no merezca vacaciones. Igual que se planifica dónde vamos de vacaciones, qué alojamiento elegimos y qué vamos a hacer, también debe estar incluido en la planificación cómo la familia va a repartirse las tareas. El reparto debe ser equitativo en la pareja y se deben incluir a los niños en esta responsabilidad en la medida de sus capacidades.

–          Acordad si vais a compartir las vacaciones con terceros. Puede que el pasar las vacaciones en el pueblo con la familia pueda ser la opción ideal para uno de los miembros de la pareja, pero no para el otro. Recuerda que es normal que tú tengas ganas de pasar tiempo con tu familia y que te lleves fenomenal con ellos, pero las vacaciones es un tiempo para pasar juntos y ambos merecéis descansar y disfrutar, lo que tu pareja no logrará si no le apetece ese plan. Si se van a planificar unas vacaciones con otros  familiares o amigos ambos miembros de la pareja deben conformes con ello. Siempre se pueden llegar a acuerdos, como dividir las vacaciones y que cada uno decida un plan o llegar a soluciones intermedias como veranear en un lugar cercano a la familia para hacer una visita pero no alojarse con ellos. Lo mismo vale para el caso de vacaciones compartidas con amistades, recordad que no es lo mismo verse un rato que compartir responsabilidades entre todos. A tener siempre en cuenta que cuantas más personas estén involucradas, mayor será la posibilidad de que se originen conflictos.

–          Ante todo recordad que estáis de vacaciones. Lo importante es disfrutar y pasarlo bien, evitar estresarse sin sentido y discutir por banalidades. En vacaciones no hay plazos ni obligaciones salvo las que vosotros os impongáis, y en ese sentido es mejor dejarse sitios sin ver o renunciar a ciertas actividades antes que hacerlo cansados, de mal humor y provocar disgustos. Como ya hemos señalado, lo mejor es planificar pero siempre hay que dejar un margen para los imprevistos y cambios. Tampoco pasa nada por tener momentos separados en las vacaciones, uno puede practicar algún deporte o realizar una visita mientras el otro se queda descansando. Es mejor pasar algunos momentos cada uno por su lado en vacaciones que llegar a una separación definitiva a la vuelta de las mismas.

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