Los Trastornos Obsesivos Compulsivos

Los trastornos obsesivos compulsivos o T.O.C. se caracterizan por la aparición de pensamientos obsesivos o comportamientos compulsivos, a veces juntos y otras por separado, de manera recuerrente. Llamamos pensamiento obsesivo a las ideas, imágenes o impulsos mentales que irrumpen en la mente en la mente de forma descontrolada y repetitiva. Su contenido puede ser violento, sexualizado, obsceno o simplemente irracional lo que lo convierte en una experiencia desagradable para quién lo padece, pero si lo reconoce como proveniente de si mismo lo que lo diferencia del delirio; es decir, el sujeto sabe que es producto de su mente y no que lo implantan desde fuera aunque no puede controlarlo. Las compulsiones son actos o rituales sin sentido que tienen por objeto impedir algún mal o daño a uno mismo o a otros aunque éste sea altamente improbable. Por ejemplo, si no reviso la llave del gas 12 veces mi familia morirá. A veces como hemos dicho pensamientos obsesivos y rituales vienen juntos, otras veces no. Es habitual que este trastorno se relacione con la depresión, siendo frecuente que ante el descontrol del T.O.C. aparezca la depresión o que en estados depresivos aparezcan pensamientos o conductas repetitivas.

Los síntomas obsesivos deben tener las características siguientes:

– Son reconocidos como pensamientos o impulsos propios.
– Se presenta una resistencia ineficaz a por lo menos uno de los pensamientos o actos, aunque estén presentes otros a los que el enfermo ya no se resista.
– La idea o la realización del acto no deben ser en sí mismas placenteras (el simple alivio de la tensión o ansiedad no debe considerarse placentero en este sentido).
– Los pensamientos, imágenes o impulsos deben ser reiterados y molestos.

El trastorno obsesivo-compulsivo puede manifestarse:

-Con predominio de pensamientos o rumiaciones obsesivos

Pueden tomar la forma de ideas, imágenes mentales o impulsos a actuar. Su contenido es muy variable, pero se acompañan casi siempre de malestar subjetivo. Por ejemplo, a una mujer le puede atormentar el temor de no poder resistir en algún momento el impulso de matar al hijo querido, o por la cualidad obscena o blasfema y ajena a sí mismo de una imagen mental recurrente. A veces las ideas son simplemente banales en torno a una interminable y casi filosófica consideración de alternativas imponderables. Esta consideración indecisa de alternativas es un elemento importante en muchas otras rumiaciones obsesivas y a menudo se acompaña de una incapacidad para tomar las decisiones, aún las más triviales, pero necesarias en la vida cotidiana.
La relación entre rumiaciones obsesivas y depresión es particularmente íntima y se elegirá el diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo sólo cuando las rumiaciones aparecen o persisten en ausencia de un trastorno depresivo.

-Con predominio de actos compulsivos (rituales obsesivos)

La mayoría de los actos compulsivos se relacionan con la limpieza (en particular el lavado de las manos), con comprobaciones repetidas para asegurarse de que se ha evitado una situación potencialmente peligrosa, o con la pulcritud y el orden. En la conducta manifiesta subyace por lo general un miedo a ser objeto o motivo de un peligro y el ritual es un intento ineficaz o simbólico de conjurar ese peligro. Los rituales compulsivos pueden ocupar muchas horas de cada día y suelen acompañarse a veces de una marcada incapacidad de decisión y de un enlentecimiento. En conjunto, son tan frecuentes en un sexo como en el otro, pero el lavado de manos ritual es más frecuente en las mujeres y el enlentecimiento sin repeticiones es más común en los varones.

Los rituales están menos íntimamente relacionados con la depresión que los pensamientos obsesivos y responden con mayor facilidad a las terapéuticas de modificación del comportamiento.

-Con mezcla de pensamientos y actos obsesivos

La mayoría de los enfermos con un trastorno obsesivo-compulsivo presentan tanto pensamientos obsesivos como compulsiones. Esta subcategoría debe ser usada cuando ambos son igualmente intensos, como es frecuente, aunque es útil especificar sólo uno cuando destaca con claridad ya que pensamientos y actos pueden responder a tratamientos diferentes.

¿Cómo diferenciar cuándo hay un T.O.C. de ser una persona perfeccionista o tener una “mania”?

Todos en algún momento podemos tener pensamientos irracionales, descontrolados o repetitivos al igual que podemos ser ordenados y/o escrupulosos en ciertas áreas de nuestra vida. También es habitual tener ciertos rituales como “el boli de la suerte” para los exámenes. Es normal que haya personas más “obsesivas” entendiendo que son más detallistas, racionales o dubitativas porque quieren hacerlo todo perfecto, pero pueden desenvolverse sin dificultad en el día a día siendo estos detalles rasgos de su personalidad. La clave, como en todos los trastornos mentales, es cuando las obsesiones o las compulsiones interfieren en el desarrollo normal de la vida. Cuando por culpa de mis penamientos recurrentes o de mis rituales empiezo a dejar de hacer otras actividades placenteras e incluso necesarias, o de relacionarme con los demás por temor a dañarles o porque no me da tiempo al estar ocupado en rituales, se debe buscar ayuda. El gran error de muchas personas es que sólo acuden a terapia cuando han intentado por si solas controlar sin éxito el T.O.C. lo que les ha generado más rabia, frustración o incluso el origen de una depresión.

¿En qué ayuda la terapia a una persona con T.O.C.?

Generalmente el T.O.C. suele originarse en una temprana edad y suele haber algún factor o varios factores desencadenantes, si bien antes ya había rasgos obsesivos en el sujeto. El gran temor de la persona que padece T.O.C. es la pérdida de control, por ello surgen los pensamientos y la acciones como una defensa que dan una falsa seguridad que paradójicamente también acaba fuera de control. No es infrecuente que la persona que padece T.O.C. sienta que la responsabilidad familiar haya recaído sobre sus espaldas desde pequeño, que había ciertas expectativas sobre él/ella desde siempre que debe cumplir y a las cuáles a la vez no llega.

Analizando, entendiendo y abordando aquellas situaciones que el paciente vivencia como estresantes o conflictivas en su vida generalmente el síntoma va remitiendo. La exposición con realidad virtual puede ayudar a muchas personas a empezar a abordar TOC’s que tienen que ver con la higiene o el contacto con otras personas, siempre acompañando esta terapia con un análisis de las características y dinámicas que el paciente pone en juego en su vida.

¿Tienes síntomas de T.O.C.? ¿conoces a alguien en tu entorno que lo padece? recuerda que en psicodinamicas, psicólogos situados en Villaviciosa de Odón, ayudamos a abordar este y otro tipo de dificultades. Contacta con nosotros ya y pide tu primera cita gratuita.